Desde la perspectiva del pensamiento tomista, la proyección social es parte esencial del currículo y de la formación integral, ya que se orienta como concepción de vida y de servicio. Reconoce el trabajo en función de la persona y con la persona y la vinculación con el desarrollo comunitario como escenario que favorece la validación e integración del conocimiento al servicio de la comunidad. Igualmente, identifica en la comunidad posibilidades y capacidades para transformar y mejorar sus condiciones, a partir del sentido ético por el bien común.
El currículo de la Universidad Santo Tomás articula la política y las estrategias de proyección social con las otras funciones básicas de docencia e investigación, en relación con proyectos con identidad educativa que permiten atender problemas específicos del contexto, así como diseñar y proponer alternativas de solución desde uno o varios campos de conocimiento y de práctica profesional.
Con base en lo anterior, las facultades pueden implementar variadas estrategias orientadas al trabajo con empresas, comunidades, gremios, entidades oficiales y privadas, organismos nacionales e internacionales, que permiten la aplicación del conocimiento con propósitos de utilidad práctica y atienden a la solución de problemas locales. Estos trabajos se justifican al ser asumidos como proyectos académicos que contribuyen a enriquecer la enseñanza, el aprendizaje y la investigación, con el propósito de convertir el contacto con el entorno social en una oportunidad pedagógica.
En cuanto al diseño curricular propiamente dicho, las tareas sociales constituyen un excelente aliado de los procesos de formación. Las pasantías, las prácticas profesionales y comunitarias, los trabajos de campo, los años rurales, las clínicas extramurales, el consultorio jurídico, las consultorías empresariales, entre otras actividades de proyección social, deben responder a propósitos formativos definidos de manera sistemática y a estrategias de evaluación que permitan valorar el aporte de estas actividades prácticas a la enseñanza, el aprendizaje y la investigación. Los principios referidos al proceso enseñanza-aprendizaje y a la investigación constituyen un tejido que da sentido y perspectiva a la proyección social en la universidad. Igualmente, conviene considerar los siguientes aspectos:
Servicio:
Como la exigencia fundamental que reconoce en el otro una oportunidad para identificar el propio proyecto de vida y posibilita al otro la construcción del suyo. Este dinamismo, más allá de cualquier ideología o doctrina, se fundamenta en la convicción de que la comunidad universitaria tomasina tiene de su índole cristiana, fundada en el Evangelio de Jesucristo, un mensaje de amor incondicional y entrega generosa a los hermanos.
Justicia:
La ética y la filosofía social tomistas desembocan, de alguna manera, en la justicia, orientada a lograr el bien común con equidad, con el fin de superar las desigualdades, desequilibrios y exclusiones de la sociedad.
Compromiso y solidaridad:
Son entendidos como actitud de “afrontamiento” con el otro, con la comunidad y la dimensión del entorno, expresados en acciones concretas a través de la capacidad personal y profesional.
Trascendencia:
El ejercicio profesional no se agota en los límites del mismo, sino que tiene un impacto cultural de mayor cobertura, que debe ser considerado de manera anticipada durante el proceso formativo, de tal manera que se presente a la sociedad profesionales con sentido generoso y amplio de lo humano y de la ciencia.
La investigación constituye un componente transversal del currículo que apunta al desarrollo de competencias para la formulación de proyectos claramente definidos, así como al diseño de metodologías, trabajo en equipo, construcción de enfoques, desarrollo de innovaciones y la búsqueda de alternativas para solucionar los problemas.
La investigación en las facultades a nivel de pregrado y posgrado se articula necesariamente con los procesos institucional y profesoral, a través de estrategias como la vinculación de los estudiantes en proyectos interdisciplinarios, el diseño de opciones de profundización coherente con las líneas de investigación de las facultades y la generación de cursos electivos que, además de contribuir a la profundización profesional, se orienten a reforzar los trabajos de investigación que adelantan los estudiantes. La formación investigativa se entiende como un proceso articulado a la formación profesional, con el fin de sensibilizar al estudiante hacia actividades de descubrimiento e innovación y a proporcionar las herramientas básicas para el diseño y desarrollo de proyectos.
La investigación formativa tiene un carácter flexible y se realiza a lo largo del proceso educativo, a través de diversas estrategias. Una de ellas puede ser la vinculación de los estudiantes a proyectos, bajo la guía del maestro o de expertos en las distintas áreas o componentes de la formación. En este sentido, articula al currículo las líneas de investigación que desarrollan los docentes e investigadores de la universidad.
La investigación formativa se vincula al ejercicio de la docencia, en cuanto ésta implica una reflexión sistemática de los maestros sobre los procesos de construcción de conocimiento, por parte de los estudiantes, la atención sobre los modos en que se relaciona la teoría con la experiencia pedagógica y el trabajo que supone la actualización permanente en las nuevas tendencias y desarrollos del conocimiento, en las áreas específicas de desempeño académico. Además de los principios ya enumerados, es importante considerar en el campo de la investigación los siguientes:
Creatividad e iniciativa
Son entendidas en el proceso educativo como la sinergia entre la docencia, el discernimiento y el juicio crítico del estudiante, con la sensibilidad y la apertura a los problemas nuevos y al cambio. Se debe posibilitar el desarrollo del pensamiento creativo, pues, además de ser condición de actitud de búsqueda, favorece la estructuración de autonomía, autenticidad y posibilidad de generar nuevo conocimiento.
Socialización
A partir de este principio se genera y se enriquece la gestión de la cultura institucional desde la conformación de semilleros, grupos y equipos que, tomando en cuenta las líneas investigativas, construyen proyectos que son puestos en común. El análisis y la crítica implican el replanteamiento y la reflexión dialéctica sobre los ámbitos investigativos, así como sobre sus avances y resultados.
"Este es un espacio para conectar, empoderar, inspirar, capacitar y movilizar agentes de cambio en Colombia, que contribuyan a construir nuevas realidades que promuevan el crecimiento empresarial, un cambio de mentalidad alrededor del emprendimiento y la innovación como un catalizador de desarrollo", señalaron los promotores del evento.
Se realizado el pasado 19 de Octubre de 2017 la séptima versión del concurso de cultura general. En esta ocasión por primera vez además de la participación de los estudiantes de las diferentes facultades de las Universidad de Tunja y de la seccional Bogotá, participaron los docentes como nueva categoría.